domingo, 20 de septiembre de 2009

EN PRIMERA PERSONA DEL SINGULAR


En la actualidad la autonomía femenina en términos generales, tiene mas que ver con la educación intelectual de las mujeres y el ejercicio de una profesión ó trabajo, que con la carencia de recursos económicos.

En relación a las mujeres solteras sin descendencia al igual que sucede con el resto, su valía y capacidad personal no sólo está en su formación intelectual y conocimiento, sino que una mujer, es mujer aunque no sea madre, mas aún: sin ser madre, tiene afectos maternales.

Con respecto a las mujeres casadas, el matrimonio sigue siendo la mejor carrera para algunas; algunas que si pueden elegir.

Hay mujeres que se lamentan del matrimonio atribuyendo a la institución, que mas les favorece, los males y errores que vienen de otra parte. No hay contrato que establezca igualdad, ni derechos, ni deberes mutuos entre dos personas, siempre que uno de los cuales se crea mas perfecto ó imperfecto que el otro. El mal no está en el matrimonio, que ampara, apoya y ayuda mucho a algunas mujeres, dadas sus condiciones ó intereses, sino en la desventaja con que van a el, siendo inferiores en realidad, criterio y opinión, porque inferior es su inteligencia no cultivada. Los beneficios de cultivar sus facultades intelectuales no solamente se recogen en primera persona del singular, sino que los hijos recogen también esa inestimable herencia materna, su pareja la comparte y disfruta, y la sociedad la reconoce lentamente.

El compromiso, como casi todo en la vida, empieza por uno mismo.

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